jueves, 30 de octubre de 2008

MONOLOGOS, TERCERA ENTREGA


Baños públicos de mujeres

Mi mamá era una fanática de los baños públicos. De chiquita me llevaba al baño, me enseñaba a limpiar la tabla del inodoro con papel higiénico y luego ponía tiras de papel cuidadosamente en el perímetro de la taza.

Finalmente me instruía: “Nunca, nunca te sientes en un baño publico” Y luego me mostraba “la posición” que consiste en balancearte sobre el inodoro en una posición de sentarse sin que tu cuerpo haga contacto con la taza. Eso fue hace mucho tiempo. Pero aun hoy en nuestros años más maduros, “la posición” es dolorosamente difícil de mantener cuando tu vejiga está que revienta.

Cuando “tienes que ir” a un baño publico, te encuentras con una cola de mujeres que te hace pensar que los calzones de Brad Pitt están a la venta y a mitad de precio. Así que esperas pacientemente y sonríes a las demás mujeres que también están discretamente cruzando las piernas.

Finalmente te toca tu turno. Verificas cada cubículo por debajo para ver si no hay piernas. Todos están ocupados. Finalmente uno se abre y te lanzas casi tirando a la persona que va saliendo. Entras y te das cuenta que el picaporte no funciona (nunca funciona); no importa…

Cuelgas tu bolso del gancho que hay en la puerta, y si no hay gancho (nunca hay gancho), te lo cuelgas del cuello mientras miras como se balancea debajo tuyo, sin contar que te desnuca la correa que te colgaste al cuello,porque el bolso está lleno de mierdas que fuiste
tirando adentro - la mayoría de las cuales no usas, pero que las tienes por si acaso -.

Pero volviendo a la puerta… como no tenía picaporte, solo tienes la opción de sostenerla con una mano, mientras que con la otra de un tirón te bajas las bragas y tomas “la posición”… Alivio…… AAhhhhhh….. Mas alivio… Ahí es cuando tus muslos empiezan a temblar….

Te encantaría sentarte, pero no tuviste tiempo de limpiar la tabla ni la cubriste con papel, así que te quedas en “la posición” mientras tus piernas tiemblan tan fuerte que registrarían 8 en la escala de Richter, sin contar la salpicada finiiiiiita del chorro se que pega en la loza y que¡¡¡te moja hasta las medias!!! ¡¡¡que seguramente se va a notar!!!

Para alejar tu mente de esa desgracia, buscas el rollo de papel higiénico, peroooo, joooooder…! el rollo esta vacío…!. Tus piernas tiemblan cada vez más. Recuerdas el pedacito de papel con el que te limpiaste hace un rato la nariz. Eso tendrá que ser suficiente.
Lo arrugas de la manera mas esponjada posible. Pero es más pequeño que la uña de tu dedo y encima todavía esta mojado de moco…

En eso, alguien empuja la puerta de tu baño y como el cerrojo no funciona recibes tremendo viandazo en la cabeza. Les gritas caliente:
¡¡¡ OCUPADOOOO !!!”, mientras continúas empujado la puerta con tu mano libre y el pedacito de kleenex que tenías en la mano se te cae exactamente en un charquito que hay en el suelo y no estás segura si es agua o meo….
y te vas de espalda y te caes sentada en el inodoro.

Te levantas rápidamente, pero ya es demasiado tarde, tu culo ya entró en contacto con todos los gérmenes y formas de vida del asiento porque TU nunca lo cubriste con papel higiénico, que de todos modos no había, aún cuando hubieras tenido tiempo de hacerlo.

Sin contar el golpe en la cabeza, el desnuque con la correa del bolso, la salpicada del chorro en las piernas y en las medias, la que te conté, que todavía esta mojada… el recuerdo de tu mamá que estaría avergonzadísima de ti, si supiera; porque su culo nunca toco el asiento de un baño publico, porque francamente, “tu no sabes qué clase de enfermedades podrías agarrar ahí”.

Pero la debacle no termina ahí… ahora el sensor automático del baño está tan confundido que suelta el agua como si fuera una fuente y manda todo al colector con tal fuerza que te tienes que agarrar del tubo que sostiene el papel de baño (cuando hay) por miedo a que te vaya a chupar y vayas a aparecer en la China.

Aquí es cuando finalmente te rindes. Estás empapada por el agua que salió del baño como fuente. Estás exhausta. Tratas de limpiarte con un celofán de uno chicles Adams; luego sales inconspicuamente al lavamanos. No sabes cómofuncionan con los sensores automáticos así que te limpias las manos con saliva, te las secas con una toalla de papel y sales pasando junto a la línea de mujeres que aun están esperando con las piernas cruzadas y en estos momentos eres incapaz de sonreír cortésmente.

Un alma caritativa al final de la línea te dice que vas arrastrando un trozo de papel higiénico (pegado a tu zapato) ¡¡ del largo del río Mississippi…!!…Arrancas el papel del zapato, lo depositas rudamente en la mano del alma caritativa que te dijo que lo traías pegado y le dices suavemente: ¡¡¡ Toma… puedes necesitarlo…!!!” y sales.

En este momento ves a tu chico que ha entrado, usado y salido del baño de hombres y que tuvo tiempo de sobra para leer Rayuela mientras te esperaba. “¿Por qué tardaste tanto?” te pregunta azorado. Aquí es cuando le das una patada en los huevos y lo mandas a jdkjdwojuflodjwwdsjaikdukljcañldsikñsaldkñalsdk!!!!!!!!!

Esto esta dedicado a las mujeres de todas partes que han tenido que usar un baño público. Y finalmente les explica a ustedes, hombres, por qué nosotras tardamos tanto.


Fuente: MONÓLOGOS

PUBLICADO POR LAURA SANTANIELLO

martes, 28 de octubre de 2008

La mujer y el cine en el MALBA


Un ciclo que se propone celebrar los "20 años de La Mujer y el Cine" se llevará a cabo entre el 30 de octubre y el 2 de noviembre próximos en el Museo Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), con la exhibición gratuita de cortos y largometrajes realizados por directoras mujeres.

Dentro de la programación se incluirá un homenaje a María Luisa Bemberg, fundadora de la Asociación Cultural La Mujer y el Cine junto a Lita Stantic, Sara Facio, Beatriz Villalba Welsh, Susana López Merino, Gabriela Massuh y Marta Bianchi.

La mayoría de las actuales directoras de cine encontraron en La Mujer y el Cine un espacio de legitimación y promoción, como Mercedes García Guevara, Lucrecia Martel, María Victoria Menis, Paula Hernández, Julia Solomonoff, Sabrina Farji, Ana Katz, Anahí Berneri y Teresa Costantini, entre otras.

La Asociación Cultural La Mujer y el Cine fue fundada en 1988 con el objetivo de estimular a las mujeres a ejercer roles de liderazgo en el cine y difundir una producción creativa que no siempre cuenta con el suficiente apoyo.

El ciclo que se desarrollará en el Malba (avenida Figueroa Alcorta 3415) comenzará el jueves 30 de octubre con la proyección de un video histórico en homenaje a María Luisa Bemberg y la exhibición de su filme "Yo, la peor de todas".

Al día siguiente se verán "Ana", de Gabriela Trettel, "La trama de la vida", de la francesa Eléonore Faucher, "Ingrid", de Cinthia Varela, y "Hermanos", de la danesa Susanne Bier.

El sábado 1 de noviembre se verán "El campo", de Catalina Molina, "Un modo de vida", de la inglesa Amma Asante, "Amor autoadhesivo", de Leticia Cristopf y Pablo Barbieri, y "Festival", de la británica Annie Griffin.
La muestra concluirá el domingo 2 de noviembre con "Lucía y las cosas", de Paula Abramovich Gullco y Andrés Riva, "La cueva del perro amarillo", de la mongola Byambasuren Davaa, "Testigos", de Eliana Scavella, y "Te doy mis ojos", de la española Iciair Bollaín

Para más datos sobre el festival y conocer la programación en detalle: MALBA

PUBLICADO POR LAURA SANTANIELLO


domingo, 26 de octubre de 2008

VIDEO ENTREVISTA

¿Qué hacemos con los delincuentes menores de edad?

A raíz de los distintos hechos delictivos que ocurrieron en los últimos días, donde lamentablemente los culpables eran jóvenes que no superaban la mayoría de edad, se volvió a hablar en los medios y en el ámbito político sobre si es necesario o no bajar la edad de imputabilidad para los menores.
Este tema ya se había debatido con fuerza en el año 2006 cuando Juan Carlos Blumberg, el padre de Axel, un estudiante de 23 años secuestrado y asesinado en marzo de 2004, logró por un lado que se aprobaran una docena de leyes para endurecer las penas contra los delincuentes y por el otro, apareció con una polémica iniciativa relacionada con la baja de la edad para condenar a los menores que cometan algún delito.
El Diputado Nacional Emilio García Méndez, tiene su propia postura en este debate y está dedicado a un proyecto sobre la "responsabilidad penal juvenil"
Aquí nos cuenta de qué se trata esta idea.

Entrevista a García Méndez




PUBLICADO POR LAURA SANTANIELLO

Entrevista
: Alexandra López
Video: Laura Santaniello

MONOLOGOS, SEGUNDA ENTREGA


Pensamientos de una mujer moderna


Son las 6,00 a.m. El despertador no para de sonar y no tengo fuerzas ni para tirarlo contra la pared. Estoy acabada.

No quiero ir al trabajo hoy, quiero quedarme en casa, si tuviera un perro, lo pasearía por los alrededores. Todo, menos salir de la cama, meter primera y tener que poner el cerebro a funcionar.

Me gustaría saber quién fue la bruja imbécil que tuvo la putísima idea de reivindicar los derechos de la mujer y, sobre todo, por qué hizo eso con nosotras, que nacimos después de ella.

¡Todo estaba tan bien en el tiempo de nuestras abuelas! Ellas se pasaban todo el día bordando, intercambiando recetas con sus amigas, enseñándose los secretos de los condimentos, trucos y remedios caseros, leyendo revistas de modas, decorando la casa, podando árboles o plantando flores y educando a sus hijos.

Y después se puso mejor, teníamos servidumbre, llegaron el teléfono, las telenovelas, la píldora, el centro comercial, la tarjeta de crédito, y ahora el Internet.

Hasta que vino esa idiota "liberada" -a la que, por lo visto, no le gustaba el corpiño- a contaminar a varias otras rebeldes tan idiotas como ella con ideas raras como "vamos a conquistar nuestro espacio". ¡Qué espacio ni qué mierda! ¡Si ya teníamos la casa entera para nosotras! ¡Todo el barrio era nuestro y el mundo estaba a nuestros pies! Teníamos el dominio completo sobre los hombres; ellos dependían de nosotras para comer, para vestirse y para quedar bien delante de sus amigos.

Y, ahora, ¿dónde carajo están? Ahora ellos están confundidos, no saben qué papel desempeñan en la sociedad y huyen de nosotras como de la peste.

Ese chistecito, esa puta gracia, acabó llenándonos de obligaciones que antes hacían ellos. Y, lo peor de todo, acabó lanzándonos dentro de la soltería crónica aguda. Antiguamente los casamientos duraban para siempre. ¿Por qué, díganme por qué, un sexo que tenía todo lo mejor, que solo necesitaba ser frágil y dejarse guiar por la vida, comenzó a competir con los hombres?

¿A quién mierda se le ocurrió tal cosa?

Estaba muy claro, eso no iba a terminar bien. No aguanto más ser obligada al ritual diario de estar flaca como una escoba, pero con tetas y culo duro, para lo cual tengo que matarme en el gimnasio, además de morirme de hambre, ponerme hidratantes, antiarrugas, padecer complejo de radiador viejo tomando agua a todas horas, y demás armas para no caer vencida por la vejez, maquillarme impecablemente cada mañana desde la frente al escote, tener el pelo impecable y no atrasarme con las mechas (las canas son peor que la lepra), elegir bien la ropa, los zapatos y los accesorios... no sea que no esté presentable para esa cabrona reunión de trabajo.

Hoy tengo que salir corriendo para quedarme embotellada en el tránsito; resolver las cosas por el celular, correr el riesgo de ser asaltada o de morir embestida por un bus u otra loca liberada que corre a su oficina igual que yo; instalarme todo el día frente al PC trabajando como una esclava (moderna, claro está), con un teléfono en el oído y resolver problemas uno detrás de otro, que, por lo demás, ni siquiera son mis problemas.

Todo para salir con los ojos rojos (por el monitor, porque para llorar de amor no hay tiempo).

¡¡¡Y mira que antes teníamos todo resuelto!!!

Hoy estamos pagando el precio por estar siempre en forma, sin estrías, depiladas, sonrientes, perfumadas, uñas perfectas, y ni hablar de que hay que tener un currículum impecable, lleno de diplomas, doctorados y especialidades. Nos volvimos "supermujeres". ¡¡¡Una mierda!!! ¿No era mejor, mucho mejor seguir tejiendo en la silla mecedora?

¡¡¡Basta!!! Quiero que, de ahora en adelante, un hombre me abra la puerta para que yo pase, que me abra la puerta del auto para sentarme a su lado mientras el conduce, que corra la silla cuando me voy a sentar, que me mande flores y cartas con poesías.

¿Qué necesidad teníamos de toda esta putona liberación? Nosotras ya sabíamos que teníamos un cerebro y que lo podíamos usar pero ¿Para quéeeee había que demostrárselo a ellos?

Ay, Dios mío, son las 6:30 am y tengo que levantarme... ¡Qué fría está esta solitaria y grandísima cama! Ahhh... ¡Cómo quiero tener un maridito que llegue del trabajo, que se siente en el sofá y me diga!:

- Mi amor, ¿me traerías un whisky por favor? o ¿qué hay de cenar?

Descubrí que es mucho mejor servirle una cena casera al marido, que atragantarme solitaria con un sándwich y una coca-cola light mientras termino el trabajo que me traje a casa. ¿Piensan que estoy ironizando?

No, mis queridas colegas inteligentes, realizadas, liberadas y pendejas abandonadas. Estoy hablando muy seriamente y renunciando a mi puesto de mujer moderna. ¿Alguien más se suma?


Fuente: SOLO PENSAMIENTOS

PUBLICADO POR LAURA SANTANIELLO