Bésame, bésame mucho

Hay besos que no se olvidan. Besos legales, besos robados, apasionados. Besos a escondidas, prohibidos, ardientes, inesperados. Hay besos de todos los tipos y mil motivos para concretarlos. Pero... ¿qué nos ocurre en el momento en que se produce este mágico ritual?
Veamos. Cuando besamos se activan 30 músculos faciales. Se transfieren 0,45 miligramos de sales minerales; 0,18 de sustancias orgánicas; 0,7 de materias grasas y 9 de agua. Y no es todo, si el beso dura tres minutos, se queman unas quince calorías.
¡Linda manera de adelgazar!
Un estudio de la Universidad de Viena asegura que en ese momento apasionado las pulsaciones cardíacas suben de 60 hasta 130 por minuto, se libera adrenalina, baja la tasa de colesterol, aumenta la glucosa en sangre y al intercambiarse bacterias, se refuerza el sistema inmunitario.
Si con esto no le alcanza para salir corriendo a besar a su ser amado, siga leyendo.
Filemamanía, esta palabra extraña, es la manera científica de llamar al “deseo de besar”. Este acto estimula la parte del cerebro que libera oxitocina en el flujo sanguíneo, una hormona que influye en funciones básicas como enamorarse, la producción de un orgasmo, el parto y amamantamiento. Está asociada con la afectividad, la ternura y el acto de tocar.
Vamos, ¿qué hace leyendo todavía?
Expertos de la consultora sexual británica Relate, aseguran que besar a su pareja es el mejor antídoto contra la depresión y una excelente forma de mejorar la salud.
A diario hablamos de orgasmos y de las mil y una posturas sexuales. No perdamos el romanticismo, ¡no olvidemos el arte de besar!
Si todavía no se convenció de que besarse no sólo es un acto maravilloso sino que también hace bien al organismo, acá le dejo un videíto con los mejores besos de películas, como para que la idea le termine de cerrar ¿vio?

BESOS DE PELICULA


PUBLICADO POR LAURA SANTANIELLO