Se apagan las luces del bar, se ilumina el escenario y una voz femenina anuncia lo que va a ser el comienzo del show “Tú”, “el mejor solista tributo a Ricardo Arjona”, según la locutora y los afiches de publicidad.
Enseguida sale al escenario Pablo, el cantante. Su aspecto físico es muy distinto al de Arjona: Tiene el pelo corto y es flaco al estilo Charly García. Su tono de voz se acerca al del guatemalteco, pero el intérprete remarca al final de cada canción que el no busca imitar “al más grande de la poesía”, sino homenajearlo.
“Te conozco” es la canción elegida para empezar con un show que va a durar aproximadamente dos horas, con un intervalo de veinte minutos y unos cuantos bises a pedido del público. Los temas son de lo más variados y recorren toda la carrera de Arjona, pasando por “Sin daños a terceros”, hasta llegar a “Quien”, lo más nuevo de Ricardo.
Las chicas en el bar gritan como si estuvieran viendo al mismísimo Arjona y cantan cada canción hasta quedarse sin voz. Lloran con el memorable “Me enseñaste”, prenden los encendedores con “Señora de las cuatro décadas” y cantan con toda la furia cuando suena “El problema”.
Pablo aprovecha el fin de una canción para presentar su CD solista, como para dejar en claro que él puede hacer algo más que imitar y que también tiene ideas propias. Toca una canción de su trabajo y los ánimos en el bar parecen calmarse.
Las chicas no quieren escuchar a Pablo... o sí, lo quieren escuchar, pero haciendo de Arjona. Por ahora no les interesa que el cantante demuestre de cuánto más es capaz. Prefieren cerrar los ojos y sentir que al menos de esta forma, pueden estar un poco más cerca de su verdadero ídolo.
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